Actinia equina

Actinia equina es un cnidario perteneciente a la clase Anthozoa, que se clasifica dentro del orden de los Actinaria, y familia Actiniidae. Habita los fondos del mar Mediterráneo, del océano Atlántico oriental, desde las costas de Europa occidental y Gran Bretaña hasta Sudáfrica. Los tomates de mar suelen ser especies solitarias que encontraremos en los fondos rocosos de aguas litorales a profundidades de hasta 20 metros. Es habitual encontrar especímenes en la zona intermareal que quedan completamente expuestos al aire durante las mareas bajas.

El cuerpo de Actinia equina está formado por una ancha base de hasta 5 cm de diámetro, de la cual surge un tallo liso que en su extremo se transforma en una corona formada por hasta 192 tentáculos organizados formando 6 círculos concéntricos. Los tentáculos son de una longitud moderada, y está recubiertos de células urticantes llamadas cnidocitos, que ante el menor contacto se dispararán inyectando en sus presas un veneno paralizante (equinatoxina). Los tentáculos y en general toda la corona de tentáculos y parte de la columna son retractiles, por lo que en ocasiones observaremos a los ejemplares como una masa gelatinosa semiesférica aferrada al sustrato. Es en esta conformación que dado a su intenso color rojo se asemejan a un tomate y de ahí su nombre común de tomate de mar. En cuanto a la coloración de Actinia equina, no solo encontramos ejemplares de color rojo, sino también verde, marrón o anaranjados.

Pese a ser considerada como una especie bentónica estática, los ejemplares de Actinia equina tienen cierta capacidad de movimiento, desenganchando su disco basal plano del fondo y pudiéndose desplazarse a distancias cortas.

La alimentación de Actinia equina está formada por pequeños peces que paraliza y atrapa con sus tentáculos, así como crustáceos y moluscos.

La reproducción de Actinia equina es vivípara, desarrollándose hasta 100 embriones en el interior de cada ejemplar antes de ser liberados a las corrientes para que los dispersen. Es frecuente también la reproducción asexual por división del ejemplar originador, dando lugar a dos ejemplares idénticos entre si.

Es posible que si observamos con detenimiento a los ejemplares de Actinia equina, podamos observar también al nudibranquio Aeolidiella alderi. Este se alimenta de los tejidos no solo de ejemplares de Actinia equina, sino también de otros cnidarios.


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