Fungia fungites

El coral plato, (Fungia fungites) es un cnidario solitario perteneciente a la clase Anthozoa, el orden Scleractinia, y la familia Fungiidae. Vive en arrecifes situados en los mares tropicales, en zonas poco profundas (desde 1 a 25 metros de profundidad), bien iluminadas y cercanas a las costas. Mayoritariamente se encuentran en fondos rocosos de laderas y en sustratos arenosos del arrecife, entre lagunas y zonas protegidas de fuertes corrientes de los océanos Índico y Pacífico, en las costas del África oriental, Madagascar, Seychelles, Maldivas, Mar Rojo, India, Indonesia, Nueva Caledonia, Filipinas, Japón, Nueva Guinea, Australia y en las islas del Pacífico central.

Fungia fungites tiene una forma ovoide aplanada de como máximo unos 30 cm de longitud, y desde cuyo centro parten multitud de tabiques calcáreos hacia el perímetro del pólipo. En el mismo centro se ubica una única apertura bucal, a la cual van a parar los posibles restos orgánicos que sus pequeños tentáculos que cubren toda su extensión corporal puedan capturar, y mediante movimientos ondulantes, van pasando de los mas externos a los mas internos hasta llegar a la apertura bucal. Es una especie que podremos encontrar de tantos colores como nos imaginemos, verdes fluorescentes, naranjas, violetas, amarillos, … Pese a que los individuos jóvenes están fuertemente anclados al sustrato, los ejemplares de cierto tamaño, son de vida libre, no estando anclados al sustrato, sino que incluso pueden desplazarse sobre él algunos centímetros al día e incluso voltearse en el caso de que se hayan dado la vuelta.

Durante las horas del día, los ejemplares de Fungia fungites suelen tener retraídos los pólipos, sin embargo, estos son extendidos durante las horas nocturnas para capturar a sus presas, entre las que encontramos zooplancton y pequeños invertebrados. Si bien poseen esta habilidad de alimentación activa, esta no supone ni de lejos su mayor fuente de alimentación. La fuente principal con la que consiguen alimentos es por medio de las algas zooxantelas que poseen en una relación simbiótica en el interior de sus tejidos. Las algas obtienen protección y un lugar privilegiado de acceso a la luz, obteniendo el coral como recompensa los subproductos de la fotosíntesis de las zooxantelas en forma de compuestos orgánicos. No solo recibe esta recompensa de compuestos orgánicos, sino que también como subproducto de la fotosíntesis, se genera oxigeno que el coral aprovecha para respirar. Esta alimentación debida a las zooxantelas suponen aproximadamente entre un 70-95% de sus requerimientos.

La reproducción de Fungia fungites puede realizarse de forma asexual mediante gemación, o bien por medio de reproducción sexual en la que se liberan al mar los gametos para producir una larva que es arrastrada por las corrientes, para tras varios días a la deriva descender al fondo y comenzar la fase sésil en la que secretan carbonato calcio para conformar su esqueleto.

Hasta muy recientemente, el género Fungia contaba con más de 30 especies, pero el Registro Mundial de Especies Marinas ha actualizado su taxonomía, con base en estudios recientes, reduciendo estas 30 especies diferentes en una única especie en el género, Fungia fungites.


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