El Gran coral de Estrellas o científicamente conocido bajo el nombre de Montastraea cavernosa, es una especie perteneciente a la familia Montastaeidae dentro del orden Scleractinia. Encontraremos a los ejemplares de esta especie en las aguas tropicales del océano Atlántico, junto a las costas occidentales de África y a las orientales de América. Pese a que es posible encontrarlo hasta los 120 metros de profundidad, es hasta los 30 metros de profundidad donde es mas frecuente encontrar a esta especie, generalmente asociada a entornos de arrecifes.
Montastraea cavernosa es un coral colonial con un esqueleto calcáreo macizo. Por lo general, las colonias no son muy grandes, pudiendo llegar hasta los 50 cm de largura. Normalmente, la forma de las colonias es algo cónica y de mayor largura a lo largo que a lo ancho. Cada uno de los pólipos que conforma la colonia está situado en un cálice cónico de aproximadamente 0,5 cm de diámetro y claramente separados del resto de cálices. Los pólipos son de apariencia carnosa, y tanto durante el día como por la noche desplegarán por completo sus tentáculos para buscar presas.
En el interior del tejido de Montastraea cavernosa encontramos algas zooxantelas que realizan la fotosíntesis. Fruto de esta actividad se generan azucares y oxigeno que son aprovechados por la colonia como fuente de energía. Entre un 95 y un 70% del consumo energético de la colonia estará sustentado por este aporte energético obtenido de las zooxantelas. El resto del aporte calórico lo obtienen atrapando plancton y materia orgánica arrastrada por las corrientes, gracias a los tentáculos urticantes de los pólipos. Es posible encontrar un amplísimo repertorio de colores en los individuos de esta especies de coral.
Se reproducen asexualmente mediante gemación, y, sexualmente, lanzando al exterior sus células sexuales. Montastraea cavernosa conforma colonias macho o hembra, siendo las condiciones ambientales las que determinan el sexo. En este tipo de reproducción, los corales liberan óvulos y espermatozoides al agua, entre julio y octubre, siendo por tanto la fecundación externa. Los huevos, una vez en el exterior, permanecen a la deriva arrastrados por las corrientes varios días, más tarde se forma una larva plánula que cae al fondo, se adhiere a él y comienza su vida sésil, secretando carbonato cálcico para conformar un esqueleto. Posteriormente se reproduce por gemación, conformando así la colonia coralina.
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