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Chrysaora fuscescens

La especie Chrysaora fuscescens es una medusa que pertenece a la clase Scyphozoa. Su nombre proviene de la mitología griega, donde Chrysaor era el hijo de Poseidón y Medusa, cuyo nombre significa ‘el que tiene un armamento dorado‘. Por otro lado, el termino fuscescens significa ‘oscuro hacia la luz‘, aludiendo al color ámbar de su campana, que se torna más rojizo hacia el borde.

Podremos encontrar a los ejemplares de Chrysaora fuscescens en las bahías poco profundas y los puertos del océano Pacífico oriental, desde Canadá hasta México. Tiene preferencia por las aguas frías, superficiales y muy ricas en nutrientes, y su pico de densidad coincide con el final del verano.

El cuerpo de Chrysaora fuscescens, como el de la mayoría de las medusas, cuenta con una campana. Esta especie puede llegar a alcanzar hasta los 60 cm de diámetro. La campana es de color amarillento o rojizo/marronoso, siendo el color más oscuro a medida que nos movemos hacia la parte más exterior. En el borde de la campana, encontraremos 24 finos, ligeramente aplanados y alargados (1 metros) tentáculos de color rojizo oscuro. En la parte central de la campana, y por su parte interior, surgen del centro 4 brazos decorados por unas espirales de color blanquecino. Estos brazos bucales son más largos que los tentáculos del borde de la campana, y pueden alcanzar longitudes de hasta 3.5-4.5 metros. Por lo tanto, se trata de ejemplares de un tamaño considerable, que pueden incluso llegar a alcanzar los 25 kg de peso.

Si tenemos la oportunidad de ver un ejemplar de Chrysaora fuscescens, tomando todas las precauciones posibles para que sus tentáculos no nos piquen, merece la pena observar los tentáculos y en especial el inicio de los brazos bucales, ya que es frecuente encontrar ejemplares juveniles de cangrejos del género Cancer. Estos cangrejos establecen una relación simbiótica por la cual obtienen una formidable protección, y a cambio desparasitan a la medusa.

Estamos frente a una especie con una alimentación carnívora, que captura una gran variedad de zooplancton, crustáceos, salpas, caracoles pelágicos, peces pequeños y sus huevos y larvas, y otras medusas. Utiliza unas células especializadas, llamadas cnidocitos, presentes en sus tentáculos para capturar e inmovilizar a sus presas. Al no poseer una gran capacidad de movimiento voluntario direccional, los ejemplares de Chrysaora fuscescens dependen de extender sus tentáculos en el agua y esperar a que las presas hagan contacto con estos. Una vez capturados, los tentáculos se pliegan para llevar la comida a la cavidad bucal. Y en la dirección opuesta, entre las especies que se alimentan de ejemplares de Chrysaora fuscescens, encontramos a diversas especies de tortugas marina, el pez luna (Mola mola) y el ave marina fulmar boreal (Fulmarus gaciatis).

La picadura de Chrysaora fuscescens a humanos, pese a no ser necesariamente mortal y asimilarse en intensidad al dolor causado por una picadura de abeja, puede tener efectos graves en personas sensibles a su toxina.

La reproducción de esta medusa es compleja e implica una alternancia de generaciones entre una forma sexual (medusa) y una forma asexual (pólipo). Las medusas adultas liberan gametos al agua, donde se produce la fecundación. El cigoto se desarrolla en una larva llamada plánula, que se fija al sustrato y forma un pólipo. El pólipo se reproduce asexualmente por gemación o estrobilación, dando lugar a pequeñas medusas llamadas éfiras, que crecen hasta convertirse en medusas adultas.


Fotos: