Dentro del extenso mundo de los llamados cangrejos fantasma definidos en el orden Decapoda y la familia Ocypodidae, encontramos a Ocypode cordimana. Es una especie que se distribuye a lo largo de las playas tropicales y subtropicales de los océanos Índico y Pacífico, siendo muy abundante en las costas Australianas. Es habitual observarlo entre la puesta y la salida del sol, cuando cientos de individuos salen de sus madrigueras excavadas cuidadosamente en la playa en búsqueda de alimento. Se trata de una especie bastante asustadiza, y que es extremadamente rápida en sus movimiento, es por esto por lo que se les conoce como cangrejos fantasma, porque en un abrir y cerrar de ojos han desaparecido.
Su cuerpo puede alcanzar los 5 cm de anchura, y tiene un forma rectangular. Ocypode cordimana posee dos pinzas largas que apuntan ligeramente hacia el interior, y que en los ejemplares macho, la derecha está mucho mas desarrollada que la izquierda. El resto de sus extremidades son patas locomotoras relativamente largas y que acaban en punta. Posee ojos grandes que se sitúan en el extremo de cortos pedúnculos, y no tienen ‘cuernos’ en la parte superior de los ojos. El color es grisáceo-azulado pálido y carece de marcas mas oscuras en la parte trasera del cuerpo.
La alimentación de Ocypode cordimana es un habito que claramente nos llamará mucho la atención. Van pastando la arena de las playas a medida que el nivel del agua baja con las mareas, filtrando de entre los granos de arena, algas y pequeños invertebrados de los que se alimenta. Si bien lo descrito quizás no sea lo mas llamativo, es la forma en la que lo hace la que llama la atención. A medida que va procesando la arena, va formando pequeñas bolitas de arena, que al alcanzar entre 0.5 y 1 cm de diámetro las van depositando sobre la playa. Y por si esto no fuera suficiente, el patrón que dibuja con estas bolitas de arena resulta extremadamente interesante, ya que va realizando un patrón radial con el centro en su madriguera y que a mediada que va pasando el día va expandiendo mas y mas lejos de esta. Esto unido a las elevadas densidades de ejemplares de la playa, hace que con cada bajamar se dibuje un patrón de bolitas en toda la playa, que la pleamar borrará, para dejar el lienzo en blanco y volver a dibujar el patrón con la siguiente bajamar.
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