Octopus vulgaris

Octopus vulgaris es una especie perteneciente a la familia Octopodidae dentro del orden Octopoda. También conocida como pulpo común, esta especie se distribuye por las aguas templadas y tropicales de todo el mundo. Se trata de una especie bentónica, que habita desde las aguas costeras hasta el extremo externo de la plataforma continental, a profundidades comprendidas entre los 0 metros y los 200. En multitud de habitads podremos encontrar a esta especie, desde fondos rocosos a praderas marinas. Generalmente durante los meses de verano, los ejemplares migran hacia aguas mas superficiales y en los meses de invierno a aguas mas profundas.

Fuente: FAO

El cuerpo de Octopus vulgaris puede llegar a alcanzar una longitud máxima de 1,2 metros en hembras y 1,3 en machos. El peso máximo registrado es de 10 kg, aunque lo normal son los ejemplares de 3-4 kg de peso. Posee 8 brazos de igual grosor, siendo los dos brazos dorsales ligeramente mas cortos. En los ejemplares macho, el tercer brazo derecho es ligeramente mas corto, esto se debe a que este brazo está modificado para ser usado durante la reproducción para depositar los sacos espermáticos en el interior de la hembra.

Se trata probablemente de uno de los invertebrados con el sistema nervioso más complejo y desarrollado en la actualidad, lo cual le otorga unas capacidades de adaptación al medio inigualables al resto de organismos. Los cefalópodos, clase a la que pertenecen los pulpos, son los únicos invertebrados en los que aparecen los denominados axones gigantes de hasta 1mm de grosor. Los axones son las prolongaciones principales de las neuronas y que conectan el cuerpo o centro neuronal con las ramificaciones de las neuronas dispuestas en las proximidades de las conexiones sinápticas. El gran tamaño de las neuronas en estos animales le permitió a Andrew Fielding Huxley en 1952 trabajar directamente con ellas, manipularlas y descubrir cómo se transmitían los impulsos nerviosos mediante la acción de los canales iónicos de sodio y potasio.

Observar a Octopus vulgaris en su hábitat natural siempre será una experiencia enriquecedora. En primer lugar, tiene una capacidad extrema de adaptarse a la morfología de las grietas y grutas donde suelen cobijarse debido a la plasticidad cerebral que le otorga todo el sistema nervioso. A esto se le suma el gran mimetismo que son capaces de conseguir gracias a los cromatóforos (células con pigmento) distribuidos a lo largo del manto. Lo interesante de los cromatóforos es que son células sometidas a las directrices que musculatura adyacente ejerce sobre ellas. Dicho en otras palabras, los cefalópodos, y entre ellos en especial Octopus vulgaris, pueden controlar a voluntad la pigmentación de sus cuerpos, y esto es debido en última instancia de nuevo a su sistema de neuronas pues son ellas las que descargan impulsos eléctricos sobre los músculos y los estimulan a contraerse o relajarse, cargando o vaciando los cromatóforos de pigmento.

La reproducción de Octopus vulgaris ocurre en las aguas del mar Mediterráneo en los meses de Abril a Mayo. Los ejemplares de las costas africanas tienen un pico reproductivo durante el mes de Septiembre. Las hembras son capaces de poner entre 120.000 y 400.000 huevos de unos 2 mm. Estas grandes puestas son colocadas con gran cuidado por las hembras en hendiduras, cuevas y rendijas de aguas poco profundas. Trascurrido 1 mes desde la puesta, en el que lo huevos son cuidados exclusiva e ininterrumpidamente por la hembra, nacen los juveniles. Durante este periodo de incubación de la puesta, la hembra no se alimentará, por lo que muchos ejemplares acaban falleciendo una vez realizada la incubación.

Octopus vulgaris se alimenta predominantemente de bivalvos y crustáceos.


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