Sepia latimanus

La sepia mazuda o Sepia latimanus es una especie que pertenece a la clase Cephalopoda, orden Sepiida y familia Sepiidae. La encontraremos en aguas de los arrecifes tropicales de coral en el océano Indo-Pacífico, desde desde el sur de Mozambique hasta las aguas de la gran barrera de coral en Australia en el sentido oeste-este, y desde las costas del noreste australiano hasta Japón en el sentido norte-sur. En cuanto al rango de profundidades a las que viven, se trata de una especie que prefiere las aguas someras, y raramente la observaremos a profundidades superiores a los 30 metros.

Fuente: FAO

El cuerpo de Sepia latimanus en individuos adultos puede alcanzar un tamaño muy considerable, habiéndose registrado ejemplares que han alcanzado los 10 kg de peso. El manto dorsal es de color purpura-marronoso oscuro con numerosas manchas blandas. Las aletas del manto están dibujadas por lineas transversales que se adentran algo en el manto y suelen ser de color blando. Si bien la coloración que describimos es la habitual, esta especie, al igual que la inmensa mayoría de cefalópodos, posee la capacidad de modificar la coloración e incluso su textura, por lo que la podremos observar bajo otros patrones de colores diferentes al descrito. Posee dos tentáculos de mayor longitud, aunque a veces lo tiene retraídos. Estos se llaman mazas, y poseen en el extremo una agregación de ventosas que conforman una media luna. Junto a las mazas tentaculares, encontramos 8 tentáculos que emergen de la zona de la boca, y los cuales suelen tener un patrón vistoso de rayas transversales mas claras.

Sepia latimanus es muy activa durante el día, momento que aprovechan para cazar a sus presas, entre las que encontramos a peces y crustáceos. La caza de sus presas es un momento digno de ver, ya que utilizan patrones cambiantes del color corporal que realiza de forma rítmica y que da la sensación que realizan para hipnotizar a sus presas.

La reproducción de la sepia mazuda ocurre entre los meses de enero a mayo, época en la que los individuos macho establecen y protegen vivamente pequeños territorios generalmente al rededor de cabezas de coral. Mediante un cortejo muy ritualizado en el que intervienen cambio en los patrones de coloración, el macho atrae a su territorio a una hembra para aparearse. Una vez atraída la hembra, ambos individuos se posicionen enfrentados por la cabeza, momento en el que el macho le transfiere a la hembra sacos que contienen su espera y que se llaman espermatoforos. La hembra posteriormente, irá depositando los huevos fertilizados entre las ramas del coral. Recién puestos los huevos son de consistencia blanda, pero rápidamente se endurecen y quedan aferrados al coral de forma muy fuerte. Trascurridos 40 días, nacerán los juveniles totalmente formados.


Fotos: