Thysanozoon brocchii es una especie del filo Platyhelmintes clasificada dentro del orden Polycladida y a su vez en la familia Pseudocerotidae. Se trata de una especie que encontramos en las aguas del mar Mediterráneo así como en el océano Atlántico oriental sobre sustratos rocosos de hasta 80 metros de profundidad, y frecuentemente sobre briozoos y esponjas de las cuales se alimentan.
El cuerpo de Thysanozoon brocchii es aplanado dorsoventralmente, algo grueso y adopta una forma ovalada de hasta 5 cm de longitud máxima. La superficie dorsal del cuerpo se encuentra llenas de papilas redondeadas, y en la parte mas anterior del cuerpo encontramos dos tentáculos formados por repliegues del margen del cuerpo. En la base de los mismos, encontramos los ocelos. En cuanto a la coloración, los ejemplares son de un color marrón rojizo, si bien es cierto que es posible encontrar ejemplares con tonalidades amarillentas. De su superficie dorsal destacan dos franjas en color mas claro que forman una cruz.
Son carnívoras y se alimentan de esponjas, briozoos, tunicados y pequeños crustáceos, entre otros. Normalmente detectan el alimento a cierta distancia gracias a quimiorreceptores presentes en sus tentáculos. Los ejemplares de Thysanozoon brocchii son capaces de proyectar su faringe al exterior, y succionar con esta a su alimento. Todo aquello que no puedan digerir será devuelto al exterior por la misma boca, debido a la falta de ano.
Como es frecuente con las planarias, Thysanozoon brocchii es una especie hermafrodita aunque requiere de una fecundación cruzada por la cual ambos ejemplares se inyectan esperma que es almacenado hasta su posterior uso para fecundar los óvulos. Cuando esto ocurre, los ejemplares forman una vaina que fijan a las rocas o a las algas. Cuando los huevos eclosionan, se liberan las larvas que son de vida planctónica y serán dispersadas por las corrientes, para poco después descender hasta el sustrato y adoptar la forma del animal adulto.
Destacar la gran capacidad de regeneración, es decir, de partirse por la mitad y originar dos individuos exactamente iguales que el original. Siempre teniendo en cuenta que si sufren una escisión en alguno de los dos extremos, la porción más grande será capaz recuperar la parte perdida, pero la porción pequeña no tendrá suficiente poder de regeneración para originar un nuevo individuo.
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