Los vertebrados son un extenso y muy diverso grupo de animales, entre los que podremos encontrar a las aves, anfibios, mamíferos, peces y reptiles. Como característica del grupo, y tal y como su nombre indica, todos presentan una espina dorsal o columna vertebral por la que trascurre parte de su sistema nervioso, el cual es relativamente complejo. Esta característica de los vertebrados ha permitido adaptarse de manera muy eficiente a diferentes ambientes (aire, tierra y agua), pero también dentro de estos ambientes podemos encontrar vertebrados que viven es situaciones inhóspitas, tales como temperaturas bajo cero y grandes profundidades, por mencionar algunos ejemplos.
Otra característica de los Vertebrados es que están provistos de un cráneo que protege el cerebro, y tienen un esqueleto ya sea cartilaginoso u óseo. Abundan especies que desarrollan por completo su vida en el agua haciendo el intercambio gaseoso por medio de sus branquias, como pueden ser los peces. Otras tienen órganos especializados (los pulmones) para realizar el intercambio gaseoso, y por lo tanto aquellas especies marinas pulmonadas, requerirán regularmente subir a la superficie para respirar.
Actualmente hay descritas aproximadamente 69.000 especies diferentes dentro de los vertebrados, de las cuales aproximadamente 33.000 se corresponden con peces, 11.700 con reptiles, 10.000 con aves, 8.000 con anfibios y 6.400 con mamíferos. Pese a ser un subfilo muy numeroso, los vertebrados representan menos de un 5% de todas las especies vivas conocidas en la actualidad. En este diverso subfilo de especies encontramos desde especies que no superan 1 cm de longitud, como puede ser el caso de la pequeña rana Paedophryne amauensis, hasta la especie viva mas grande del planeta, la ballena azul (Balaenoptera musculus) cuyos registros superan los 30 metros de longitud y hasta 170 toneladas de peso.
La reproducción de los vertebrados es mayoritariamente sexual, mediante la producción de gametas haploides y con fecundación cruzada. Existen algunas excepciones de autofecundación en ciertas especies de peces (familia Cyprinodontidae) e incluso unas pocas especies de reptiles que son capaces de reproducirse sin que ocurra la fecundación, mediante un proceso conocido como partenogeneis.
