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Gorgonias

Las gorgonias constituyen un grupo de cnidarios coloniales pertenecientes al orden Malacalcyonacea, dentro de los octocorales. Se caracterizan por formar colonias arborescentes o en forma de abanico, sostenidas por un esqueleto axial flexible compuesto por una proteína llamada gorgonina, a veces reforzada con depósitos de carbonato cálcico. Esta estructura les permite balancearse con las corrientes sin romperse, una adaptación clave para vivir en ambientes expuestos. Sus pólipos, con ocho tentáculos pinnados, se disponen a lo largo de las ramas y actúan coordinadamente en la captura de alimento. Actualmente, se han descrito alrededor de 1.200 especies de gorgonias, distribuidas globalmente, con mayor diversidad en regiones tropicales y subtropicales, aunque también existen representantes en aguas templadas y profundas.

Morfológicamente, las gorgonias muestran una gran variabilidad en forma, tamaño y coloración. Las colonias pueden crecer como abanicos planos orientados perpendicularmente a las corrientes, estructuras arbustivas tridimensionales o látigos delgados que se extienden hacia la columna de agua. Algunas especies alcanzan apenas unos pocos centímetros, mientras que otras superan los dos metros de altura. Su color depende tanto de pigmentos propios como de la presencia de simbiontes, con tonos que van del amarillo y naranja al rojo intenso, púrpura o incluso blanco. Los pólipos son generalmente retráctiles y emergen para alimentarse cuando las condiciones de flujo de agua son óptimas.

En cuanto a su alimentación, las gorgonias son principalmente suspensívoras. Capturan plancton y partículas orgánicas en suspensión mediante los tentáculos de sus pólipos, provistos de cnidocitos urticantes. Muchas especies en aguas superficiales mantienen una relación simbiótica con algas fotosintéticas del género Symbiodinium (zooxantelas), lo que les permite complementar su dieta con compuestos orgánicos producidos por la fotosíntesis. Sin embargo, en aguas más profundas o turbias, donde la luz no penetra, dependen exclusivamente de la alimentación heterótrofa, adaptándose a tasas de crecimiento más lentas.

La subclasificación de las gorgonias dentro del orden Alcyonacea se organiza en varios grupos principales. Las gorgonias verdaderas (Suborden Holaxonia, familias como Gorgoniidae y Plexauridae) incluyen especies con esqueleto axial flexible y ramas generalmente cilíndricas, abundantes en arrecifes tropicales. Las gorgonias calcáxonas (Suborden Calcaxonia, familias como Ellisellidae) presentan un eje más rígido parcialmente calcificado y suelen formar colonias ramificadas en ambientes más profundos. Finalmente, las gorgonias escleraxónicas (Suborden Scleraxonia, familias como Anthothelidae) poseen un eje compuesto por agregados de escleritos, confiriéndoles mayor rigidez y formas más masivas o látigo.

Las gorgonias cumplen un papel ecológico fundamental, al proporcionar refugio y superficie de asentamiento a numerosos invertebrados y peces, contribuyendo a la complejidad estructural de los ecosistemas bentónicos. Además, producen metabolitos secundarios con potencial farmacológico, algunos de ellos estudiados por sus propiedades antiinflamatorias y antitumorales. Sin embargo, su crecimiento lento y su sensibilidad a perturbaciones como la pesca de arrastre, la contaminación y el cambio climático las convierten en un grupo vulnerable, cuya conservación resulta esencial para mantener la biodiversidad marina.



Clasificación: