Los tunicados (Tunicata) son junto a los vertebrados y los cefalocordados, los tres subfilos de animales caracterizados por tener un cordón nervioso que recorre el cuerpo del animal y que conforman el filo de los cordados (Chordata). Dentro del subfilo de los tunicados encontramos 3 clases (Appendicularia, Ascidiacea y Thaliacea) que congregan 7 ordenes y un total de aproximadamente 3,000 especies distintas, todas ellas habitantes de las aguas marinas. El nombre de tunicados proviene de la sustancia que secreta la pared de su cuerpo, la tunicina. La tunicina es una sustancia de tipo celuloide que les confiere a los ejemplares una estructura de sustento la cual podríamos considerar como el esqueleto del animal. El cuerpo de los tunicados consta de una estructura en forma de saco, con una cavidad central llamada atrio que esta llena de agua. Existen dos aperturas tubulares que comunican el atrio con el exterior, y que reciben el nombre de sifones. Bajo la superficie externa de la pared del cuerpo, encontramos unas bandas musculares orientadas en sentido longitudinal, que les permite retraer los sifones y de esta forma consiguen hacer pasar agua a través de su atrio. Con este movimiento de agua y filtrando las partículas orgánicas presenten en el agua, es como los tunicados obtienen su fuente de alimentación.
Existen tunicados con diversos tipos de movilidad, especies fijas en el sustrato marino (bentónicas), especies que viven en la columna de agua (planctónicas), así como especies solitarias y coloniales.
El cuerpo de los tunicados está dividido en tórax y abdomen, y su sistema nervioso está muy reducido. Poseen un pequeño ganglio cerebroideo por encima de la faringe y del cual derivan algunos nervios que se dirigen hacia los músculos del resto del cuerpo. Es durante el estadio larval, cuando los tunicados presentan un cordón nervioso dorsal bien desarrollado. Este cordón nervioso se pierde cuando los ejemplares alcanzan su estado adulto.
En relación con la reproducción de los tunicados, se trata de animales hermafroditas cuya fecundación es habitualmente externa mediante la liberación de los gametos al agua. En la misma columna de agua ocurre la fecundación, formándose una larva que pasá a formar parte del zooplancton. Trascurrido un tiempo, las larvas se depositan en el fondo marino, en aquellas especies bentónicas.
