Elysia viridis, conocida comúnmente como la babosa de mar verde, es un molusco gasterópodos perteneciente a la familia Plakobranchidae. Este curioso animal es un ejemplo de lo que se denomina sacoglosos, un grupo de babosas marinas que tienen la capacidad de realizar fotosíntesis mediante la adquisición de cloroplastos de las algas que consumen. El nombre Elysia hace referencia a los ‘Campos Elíseos‘, el paraíso de los héroes en la mitología griega, mientras que viridis significa ‘verde‘ en latín, en alusión a su color característico. Esta especie se encuentra en el Atlántico oriental, desde las costas británicas hasta el Mediterráneo, y es común en zonas intermareales y poco profundas, donde habita sobre algas y en praderas de sebadales o posidonias.
La babosa de mar verde mide generalmente entre 2 y 5 cm de longitud, aunque algunos ejemplares pueden llegar a los 6 cm. Su cuerpo es alargado y aplanado, con dos expansiones laterales llamadas parapodios, que utiliza para nadar o desplazarse suavemente sobre el sustrato. El color predominante de su cuerpo es verde brillante, con manchas o líneas blanquecinas o amarillentas a lo largo de los bordes de los parapodios, lo que le permite camuflarse entre las algas. Este color verde se debe a los cloroplastos que incorpora de las algas que consume, especialmente de géneros como Codium y Cladophora, y puede mantenerlos vivos en su cuerpo durante semanas, lo que le permite realizar la fotosíntesis.
Elysia viridis es herbívora y se alimenta principalmente de algas verdes, como Codium y Cladophora, de las cuales extrae los cloroplastos mediante un proceso llamado cleptoplastia. A través de este mecanismo, la babosa ingiere las algas y almacena los cloroplastos en las células de su propio cuerpo, manteniéndolos funcionales durante un tiempo. Esto le permite obtener energía adicional mediante fotosíntesis, como si fuera una planta. Aunque puede sobrevivir solo con los nutrientes obtenidos de las algas, esta capacidad de realizar fotosíntesis le da una ventaja en ambientes con escasez de alimento, lo que es uno de los rasgos más fascinantes de esta especie.
El ciclo reproductivo de Elysia viridis es interesante, ya que, como muchas otras babosas de mar, es una especie hermafrodita simultánea, lo que significa que cada individuo posee tanto órganos reproductores masculinos como femeninos. Durante la reproducción, dos individuos se aparean intercambiando esperma, lo que les permite fertilizarse mutuamente. Posteriormente, ambos depositan pequeñas masas de huevos en forma de cinta sobre las algas. Los huevos eclosionan en pocas semanas, dando lugar a larvas planctónicas que, tras un breve periodo en la columna de agua, se asientan en el fondo y se convierten en juveniles.
Una curiosidad fascinante sobre Elysia viridis es su capacidad de mantener los cloroplastos activos durante semanas o incluso meses, lo que le confiere una capacidad única de fotosíntesis. Este fenómeno de simbiogénesis ha atraído mucha atención científica, ya que sugiere una relación evolutiva inusual entre animales y plantas. Además, este tipo de babosas puede cambiar de color en función de las algas de las que se alimenta, lo que puede ofrecerle ventajas en términos de camuflaje. Aunque es pequeña y de apariencia frágil, Elysia viridis es un ejemplo sorprendente de adaptación evolutiva en el reino animal.
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