Felimare villafranca, anteriormente conocida como Hypselodoris villafranca, es un llamativo nudibranquio perteneciente a la familia Chromodorididae. El nombre científico deriva de ‘villa‘, que podría hacer referencia a una localidad geográfica, y ‘franca‘, que alude a su descubrimiento en aguas mediterráneas. Se encuentra distribuida principalmente en el mar Mediterráneo y el Atlántico oriental, desde las costas del sur de España hasta las Islas Canarias. Habita en fondos rocosos y en áreas ricas en esponjas, su principal fuente de alimento, siendo común observarla en aguas poco profundas, generalmente entre los 10 y 40 metros de profundidad.
Felimare villafranca se caracteriza por su cuerpo alargado y aplanado, que puede alcanzar hasta 4-6 cm de longitud. Presenta una coloración muy distintiva y vibrante, con un cuerpo de fondo azul oscuro o azul brillante, adornado por varias líneas longitudinales amarillas que recorren todo su dorso. En el margen del manto, suele haber una fina línea amarilla o blanca que delimita su cuerpo. Los rinóforos (apéndices sensoriales en la cabeza) son de color azul oscuro y están claramente anillados, un rasgo común en los nudibranquios de la familia Chromodorididae. Las branquias, ubicadas en la parte posterior del cuerpo, son plumosas y de color azul, también anilladas de blanco. Comparada con otras especies similares como Felimare picta, Felimare villafranca es más pequeña y presenta un patrón de líneas más finas y ordenadas en el dorso.
En cuanto a su alimentación, Felimare villafranca es una especie especializada en la ingestión de esponjas marinas. Prefiere alimentarse de esponjas del género Dysidea, aunque también puede consumir otras especies relacionadas. Estas esponjas contienen compuestos tóxicos que el nudibranquio puede asimilar, haciéndolo tóxico para sus depredadores. La capacidad de aprovechar los compuestos químicos de sus presas le proporciona una defensa natural, un ejemplo de lo que se conoce como ‘secuestro de toxinas‘. Esto también le permite destacarse en su entorno, exhibiendo una coloración aposemática (de advertencia), que informa a los depredadores de su toxicidad.
La reproducción en Felimare villafranca sigue el patrón típico de los nudibranquios, ya que son hermafroditas simultáneos. Esto significa que cada individuo tiene órganos reproductores masculinos y femeninos, lo que les permite aparearse de forma recíproca. Después del apareamiento, depositan masas de huevos en espirales gelatinosas sobre el sustrato marino, como rocas o algas. Las larvas que emergen tras la eclosión son planctónicas, lo que les permite dispersarse con las corrientes marinas antes de asentarse en el fondo y transformarse en juveniles.
Un dato curioso sobre Felimare villafranca es su llamativa coloración azul y amarilla, la cual no solo sirve como advertencia para los depredadores, sino que también es un rasgo común entre muchas especies de la familia Chromodorididae. Además, aunque los nudibranquios suelen ser solitarios, en ocasiones se pueden observar varios individuos de Felimare villafranca en proximidad, especialmente en áreas ricas en esponjas. Este nudibranquio es un ejemplo fascinante de cómo los organismos marinos pueden desarrollar estrategias defensivas complejas, aprovechando tanto la química de sus presas como la evolución de señales visuales.
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