Luisella babai es un nudibranquio perteneciente a la familia Facelinidae. Este molusco marino debe su nombre al malacólogo italiano N. Baba, un experto en opistobranquios, en honor a sus contribuciones al estudio de estos animales. Luisella babai se distribuye principalmente en el mar Mediterráneo y el Atlántico noreste, encontrándose en zonas costeras poco profundas, sobre todo en áreas ricas en algas, rocas y praderas submarinas. Este nudibranquio es apreciado por los buceadores y biólogos marinos por su belleza y comportamiento interesante.
Luisella babai tiene un cuerpo alargado que puede alcanzar los 3 a 5 cm de longitud. Su coloración es muy característica, con un cuerpo translúcido que varía entre tonos de azul o gris claro, a menudo con un matiz rosado o amarillento. Lo más distintivo de su morfología son los cerata, que son estructuras alargadas en forma de dedos que se encuentran a lo largo de su cuerpo en filas paralelas. Los cerata son translúcidos, y en su interior se puede ver el sistema digestivo del animal, que suele tener un color rojizo o marrón. La punta de los cerata suele ser de color blanco, azul o amarilla brillante, lo que proporciona un bonito contraste con el resto del cuerpo. Los rinóforos, que son los órganos sensoriales del animal, están presentes en la parte delantera del cuerpo y son lisos, de color oscuro, sin anillos ni ornamentaciones como en otras especies. Comparada con otros nudibranquios, como Facelina auriculata, Luisella babai se distingue por su disposición más ordenada de los cerata y su coloración más suave y delicada.
En cuanto a su alimentación, Luisella babai es carnívora y se alimenta principalmente de hidromedusas, pequeños organismos coloniales que habitan en rocas y algas. El nudibranquio utiliza su rádula, una especie de lengua con pequeños dientes, para raspar y consumir los pólipos de los hidromedusas. Este comportamiento alimenticio es típico de los facelínidos, que se especializan en presas con defensas urticantes. Además, Luisella babai es capaz de aprovechar las células urticantes de sus presas, llamadas cnidocitos, y almacenarlas en los cerata, lo que le proporciona una defensa adicional contra depredadores.
La reproducción en Luisella babai es hermafrodita, como en la mayoría de los nudibranquios, lo que significa que cada individuo tiene tanto órganos reproductores masculinos como femeninos. Durante el apareamiento, dos individuos intercambian esperma, y ambos luego depositan sus huevos en forma de espirales gelatinosas sobre superficies duras como rocas o algas. Las larvas que nacen son planctónicas, flotando en la columna de agua hasta que se asientan en el fondo y pasan por la metamorfosis que las transforma en juveniles.
Un aspecto fascinante de Luisella babai es su capacidad de ‘robar’ las defensas de sus presas. Al alimentarse de hidromedusas, el nudibranquio no solo los digiere, sino que también incorpora sus cnidocitos (células urticantes) en sus propios cerata, lo que le permite defenderse de posibles depredadores. Esta estrategia, conocida como cleptocnidia, es un claro ejemplo de la simbiosis en la naturaleza, ya que Luisella babai se beneficia tanto nutricionalmente como defensivamente de su interacción con los hidromedusas.
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