Las macrófitas (plantas acuáticas o hidrófitas) pese a que en esta guía las hemos situado dentro de las algas, en realidad no forman parte de ellas, sino que se trata de verdaderas plantas que se han adaptado a vivir en medios muy húmedos o acuáticos. El motivo de haberlas incluido dentro de las algas no es más que el hecho de que coloquialmente se les llama algas.
Volviendo a la adaptación por parte de las macrófitas al medio acuático, existen diferentes grados de dicha adaptación, y por lo tanto son un grupo de especies tremendamente heterogéneo, en el que podemos encontrar...
- Parcialmente sumergidas (macrófitas emergentes) (son las mayoritarias). Por lo general, se trata de especies perennes que al estar parcialmente sumergidas debido a que los fondos en los que viven suelen estar permanente o temporalmente anegados, desarrollan sus órganos reproductores por encima de la superficie del agua.
- Especies que poseen hojas flotantes (macrófitas flotantes). A diferencia de las anteriores, los fondos en los que encontramos a estas especies están permanentemente anegados, y por ello han desarrollado estructuras especializadas que permiten a las hojas flotar en la superficie del agua. Diferenciamos entre las macrófitas flotantes arraigadas, que tienen las raíces ancladas al fondo; y las macrófitas flotantes libres, que como su propio nombre indica, sus raíces no están ancladas al fondo sino que penden de las hojas flotantes.
- Especies que están totalmente sumergidas (macrófitas sumergidas). En este grupo encontramos las que probablemente son el grupo de macrófitas mas conocidas, las angiospermas. Estas plantas viven totalmente por debajo de la superficie del agua, en regiones en las que la luz del sol les incide directamente, por lo que se trata de especies que habitan en aguas relativamente superficiales y que raramente encontraremos por debajo de los 30 metros de profundidad.
Las macrófitas son especies consideradas como productores primarios, que no solo producen oxigeno sino que representan la base de la cadena trófica para muchos organismos. No solo eso, sino que generan un ecosistema tremendamente rico en los entornos en las que crecen, ya que suelen ser refugio de multitud de diversas especies.
