El grupo de las Ocrófitas (Ochrophyta), debe su nombre a la tonalidad ocre de la mayoría de las especies de este filo. Las Ocrófitas son un grupo extremadamente diverso de algas, en el que encontraremos especies tan dispares como las diatomeas o las algas pardas entre otros.
Se caracterizan por la presencia de clorofilas a, c1, c2, c3, ß-caroteno y xantofilas, siendo el pigmento mayoritario el ß-caroteno, y por ende su coloración. Como sustancia de reserva, utilizan mayoritariamente la crisolaminarina. Pese a ser mayoritaria la fotoautotrófia, es decir que obtienen los compuestos orgánicos mediante la fotosíntesis, existen especies heterotróficas en las que obtienen los compuestos orgánicos mediante la fagocitosis de otros organismos.
Podemos clasificar las Ocrófitas en las siguientes clases:
Phaeophyceae, o algas pardas o Feófitas, deben su coloración a una elevada cantidad de fucoxantina en sus cloroplastos. Las tonalidades de este grupo de algas van desde la verde oliva a tonos de marrón, en función de la cantidad de fucoxantina presente en sus cloroplastos. Como sustancia de reserva utilizan la laminarina. Son algas exclusivamente multicelulares, con una pared celular formada por alginato y celulosa. Las encontraremos casi en exclusiva en habitad marino, a excepción de los géneros Heibaudiella, Pleurocladia, Bodanella y Sphacelaria. Se conocen en total unas 2.000 especies organizadas en 265 géneros diferentes. Las Feófitas presentan una amplia variedad en cuanto a tamaños y formas de las especies. Son las algas marinas que alcanzan mayores tamaños y de mayor crecimiento (las láminas de Macrocystis puede crecer hasta 50 cm por día, mientras que el estipe puede crecer hasta 6 cm por día). Viven mayoritariamente en las costas rocosas de aguas templadas o subpolares, dominando la zona intermareal, aunque también existen especies de vida libre flotante, como es el caso de Sargassum bacciferum, que forma extensas formaciones flotantes, que dan nombre al Mar de los Sargazos.
Chrysophyceae, predominantemente individuos unicelulares de aguas dulces de baja dureza (baja concentración de calcio). Poseen dos flagelos situados perpendicularmente entre ellos. Sus cloroplastos tienen clorofilas a, c1 y c2. Aquellas especies recubiertas por escamas silíceas, estas adoptan una conformación radial. Los géneros con especies cocoides y filamentosas se localizan principalmente en manantiales de aguas frías o arroyos, donde crecen formando masas gelatinosas tanto en rocas como maderas. La gran mayoría son sensibles a cambios en el entorno. Cuando estos cambios ocurren forman estomatoquistes, una especie de esporas, recubiertos por una pared de sílice.
Synurophyceae, algas unicelulares o coloniales, emparentadas con las Chrysophyceae. Se caracterizan por poseer dos flagelos, ambos paralelos entre ellos. Otra característica es la presencia de escamas de sílice, las cuales están unidas entre sí. Sus cloroplastos cuentan con clorofila a y c1. Forman un componente importante de la biomasa en ambientes dulceacuícolas y son capaces de prosperar en lagos con pH acido.
Eustigmatophyceae, conocidas como algas verde-amarillentas, son algas unicelulares presentes tanto en aguas dulces, salobres y saladas, así como en habitad terrestre. Tienen únicamente clorofila a y ß-caroteno en sus cloroplastos. La gran mayoría de especies producen zoosporas.
Pinguiophyceae, son microalgas planctónicas marinas unicelulares cuyo tamaño no supera los 40 µm. Poseen una inusual y elevada concentración de ácidos grasos polinsaturados (acido eicosapentaenoico), y como consecuencia de esta característica se deriva su nombre, ya que ‘Pingue’ en latín significa grasa. Esto, junto con la ausencia de pared celular, hace de las especies pertenecientes a la clase de los Pinguiophyceae una fuente preferencial para la obtención de ácidos grasos insaturados para la alimentación.
Dictyochophyceae, estamos frente a algas unicelulares desprovistas de capsula y con morfología ameboide, siendo junto con las Xanthophyceae, prácticamente las únicas algas ameboides.
Pelagophyceae, algas mayoritariamente unicelulares esféricas de reducido tamaño (3-5 µm) que forman parte del ultraplancton. Diversos miembros de esta clase tienen importancia económica, ya que son causantes de mareas marrones (Aureoumbra lagunensis y Aureococcus anaphagefferens).
Bolidophyceae, algas picoplantonicas flageladas y cercanas filogenéticamente a las diatomeas. Esta reducida clase de algas, a diferencia de las diatomeas, no poseen un recubrimiento silíceo.
Bacillariophyceae, también conocidas como Diatomeas. Son un grupo de algas unicelulares con tonalidades marones, que poseen una capsula rígida de naturaleza silícea y formada por dos mitades que encajan entre ellas a forma de caja. Existen Diatomeas tanto en aguas dulces como marinas.
Raphidopyceae, son organismos unicelulares de gran tamaño (30 – 80 µm) de morfología globoide o ovaloide alargada. Carecen de pared celular. Las especies de aguas dulces tienen una coloración verdosa, mientras que las marinas suelen ser más amarillentas debido a la presencia de fucoxantina en sus cloroplastos. Numerosas especies marinas toleran un gran rango de salinidad (3% – 50%) así como de temperaturas. Asimismo, ciertas especies marinas (p. ej.: Chattonella antiqua y Heterosigma carterae) pueden producir compuestos neurotóxicos, capaces de generar mareas rojas.
Xanthophyceae, la gran mayoría de especies habitan aguas dulces o ambientes terrestres, y tan solo un pequeño número de ellos se encuentran en aguas saladas. Por lo general se caracterizan por tener 2 flagelos, así como por ausencia de fucoxantina en sus cloroplastos.
Phaeothamniophyceae, son la única clase de algas en las que coexisten en los cloroplastos tanto la fucoxantina como la heteroxantina. Encontramos tanto especies de algas filamentosas como cocoides.