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Eretmochelys imbricata

Dentro del orden Testudines y la familia Cheloniidae nos encontramos con la tortuga carey o Eretmochelys imbricata. Se trata de una tortuga marina que habita las aguas del océano atlántico central y del Indo-Pacífico. Se le asocia frecuentemente con áreas de arrecifes de coral o praderas marinas de aguas poco profundas y generalmente litorales.

Eretmochelys imbricata puede alcanzar los 114 cm de longitud de su caparazón y un peso de hasta 80 kg. El caparazón en ejemplares adultos adopta una forma elíptica, y está formado por su cara dorsal por 5 placas centrales y a cada uno de los lados de estas, 4 placas laterales. El borde del caparazón cuenta con 11 pares de placas, una placa central y dos placas terminales. La placa central del borde del caparazón no está en contrato con las primeras placas laterales. El color del caparazón por su cara dorsal es variable entre ejemplares. Generalmente es de color ámbar, con manchas marrones, rojas, negras y amarillas generalmente formando un patrón de abanico. La cara ventral del caparazón está formada por 5 pares de placas a cada lado mas 1 o 2 placas de forma irregular, todas ellas de color ámbar con manchas marrones en la parte trasera de cada una de las placas. La cabeza de Eretmochelys imbricata es de tamaño medio, estrecha y cuenta con un pico puntiagudo con los bordes cortantes no serrados. La cabeza cuenta con dos pares de placas prefrontales, seguidas de 3 pares de placas postorbitales y una placa central. Dichas placas poseen los margenes de color crema o amarillento, mientras que la parte central es de color mas oscuro (rasgo menos variable entre ejemplares). La aletas traseras y delanteras, también de color oscuro, poseen dos garras cada una de ellas en el borde anterior de las mismas. En los ejemplares juveniles, la coloración es mas homogénea, y predomina el color marrón con manchas pálidas en las escamas de la parte trasera del caparazón.

Fuente: FAO

La dieta de Eretmochelys imbricata es muy variada, encontrando entre sus presas a corales, tunicados, algas y esponjas.

Su amplia distribución geográfica, implica también una amplia región de reproducción, que comprende desde el paralelo 25°N hasta el paralelo 35°S. Los ejemplares de Eretmochelys imbricata migrarán a las playas que las vieron nacer, para reproducirse durante los meses mas calurosos y la temporada de lluvias. El acto de apareamiento va precedido por un cortejo en el que el macho se situá encima de la hembra, y con sus aletas y cola, la inmoviliza. Esto puede durar varias horas. La poligamia es lo normal en esta especie. Generalmente las hembras realizan puestas solitarias de los huevos, utilizando una misma zona de puesta de por vida. Se estima que una hembra adulta realiza puestas de huevos cada 2 o 3 años. Dichas puestas ocurren durante la noche, momento en el que la hembra escarba un orificio en la arena para depositar los huevos. Generalmente realiza diversa puestas parciales separadas entre si por intervalos de 2-3 semanas. En cada una de las puestas parciales pueden llegar a poner entre 51 y 250 huevos. Los huevos, de color blanco, poseen un diámetro de entre 20 y 45 milímetros y un peso de entre 20 y 31 gramos. La incubación de los huevos dura entre 47 y 75 días, trascurridos los cuales nacen los juveniles, generalmente a primera hora de la noche cuando la temperatura de la arena está por debajo de los 28°C, con tamaños de entre 38 y 46 milímetros y 8-19 gramos de peso. Tras lograr salir del nido y llegar a la superficie de la playa, las crías se desplazan rápidamente a la orilla y no regresaran a las costas hasta que su caparazón no crezcan por encima de los 20 cm de longitud. La madurez sexual ocurre cuando los ejemplares tienen entre 68 y 80 cm de longitud del caparazón y unos pesos de entre 40 y 56 kg.


Fotos: